¿Notas que tu perro se vuelve loco y no hay quien lo controle cada vez que hay una tormenta con truenos?
También es posible que ladre sin parar a otras personas y perros, coches u otros objetos que producen un ruido intenso, como la aspiradora.
La mayoría de las veces, nos ofuscamos pensando que estos síntomas se deben simplemente a que nuestras mascotas son animales violentos, pero la respuesta puede no ser tan sencilla y la solución, por otro lado, puede ser infinitamente más simple.
¿Qué le pasa a mi perro?
Tiene miedo, tan fácil como eso. Muchas veces se puede deber a que forma parte de su personalidad, ni más ni menos. Otras, la razón es que no aprendieron a socializar correctamente mientras eran cachorros, lo cual se ha traducido en mostrar ansiedad y miedo ante ciertos estímulos, como los que hemos descrito en el primer párrafo.
Por otro lado, también puede deberse a un trauma del pasado que le ha marcado hasta el punto de hacerle asustarse. Muchas veces, esta última situación se da en perros a los que les han gritado o golpeado en situaciones que no alcanzaban a entender.
¿Qué puedo hacer?
En primer lugar, tenemos que tener presente que es mucho más fácil (y más productivo) resolver los miedos de nuestro perro uno por uno que en vez de todos a la vez.
Habrá que identificar las situaciones que le causan estrés y, a partir de ahí, intentar solucionarlas mediante el método de recreación y repetición. Si, por ejemplo, es la aspiradora, la colocaremos en el centro del salón para que nuestra mascota sea costumbre a verla y la pueda oler.
A continuación, lo acercaremos poco a poco sin dejar de hablarle con voz calmada. Una vez que se haya acostumbrado y se muestre relajado cerca de la aspiradora, podremos encenderla durante un corto período de tiempo y manteniendo a nuestra mascota a una distancia que irá reduciéndose con cada sesión.
Al final de cada una de estas, le daremos alguna que otra golosina para premiarlo por su buen comportamiento. A medida que vaya superando una situación de estrés, seguiremos con otra y así sucesivamente.
En el caso de que se asuste con otra persona y empiece a ladrar, empezaremos por dejarle hacerlo un par de veces (que es su manera de alertarnos de extraños) antes de decirle con voz firme, pero tranquila, «no».
La mejor manera de acabar con este hábito es no dejar que tu perro corra hacia tus visitantes. Ellos, por su parte, deberán ignorarlo al principio y no lo saludarán hasta que no esté calmado. A partir de este momento, podrán saludarlo y acariciarlo de forma tranquila.
En caso de que empiece a portarse mal de nuevo, le diremos «no» con voz calmada y lo sacaremos del cuarto hasta que vuelva a tranquilizarse. Si, por otro lado, se porta bien, lo recompensaremos con una golosina.
Esperamos que estos ejemplos te sirvan de ayuda. ¿Tienes algún método o consejo para calmar a tu perro en situaciones de estrés? ¡Anímate a compartirlo en los comentarios!