Llegó un día a tu vida y lo amaste desde el primer momento en que lo viste. Es tu amigo más leal desde hace años, has compartido con él momentos maravillosos y ha estado a tu lado en los peores momentos.
Pero los años han pasado y tu perro se ha hecho mayor sin que ni siquiera te hayas dado cuenta. Hoy te vamos a explicar cómo cuidar a tu perro en esta etapa de su vida para que sea lo más dulce posible.
No todos envejecen igual
No todos los perros tienen la misma esperanza de vida y por lo tanto no todos envejecen a la misma edad.
Por ejemplo, un gran danés con 5 o 6 años ya se le considera viejecito, mientras que a un chihuahua está en la flor de la vida. Un golden se considera que ya está en edad avanzada a los 8-10 años. En este sentido, te recomendamos que te informes de las etapas vitales de la raza de tu perro para poderle dar los cuidados específicos que necesita.
Una alimentación adaptada a cada edad
Los perros de edad avanzada tienen tendencia a engordar debido a la reducción de actividad física que realizan. Debes vigilar lo que comen ya que pueden llegar a tener graves problemas de sobrepeso. La dieta de un perro adulto debe ser baja en grasas, rica en proteínas y rica en vitamina C.
En segundo lugar, como sucede en el caso de los humanos, la irritación de las encías o la pérdida de piezas dentales es habitual. Por este motivo, es importante que durante toda su vida hayan tenido una buena higiene bucal.
Ejercicio suave
Para evitar el desgaste de las articulaciones y las lesiones articulares de columna, rodilla o codos, típicas en perros de edad avanzada, se deben evitar saltos y movimientos bruscos. Cuando salgas a pasearlo, hazlo sin prisas, alarga el tiempo de paseo para que continúe haciendo ejercicio pero de una forma más tranquila.
Con la edad, saltar para subir al coche es otro de los problemas que puede tener tu mascota. En este caso, tendrás que ayudarle a subir al igual que hacías cuando era pequeñín.
Acude al veterinario con mayor frecuencia
A medida que tu perro se hace mayor, aumenta la posibilidad de que pueda tener algún tipo de enfermedad.
Por eso, es recomendable llevarlo al veterinario cada seis meses para que le hagan un chequeo. Si se detecta la enfermedad en las primeras etapas es mucho más fácil de tratar.
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