Si un estudio reciente mostraba que la pandemia ha hecho que se estrechen los vínculos entre las personas y sus animales, otro que ha publicado la revista PlosOne indica que compartir la casa con una mascota ha funcionado como un amortiguador contra el estrés psicológico durante el confinamiento.
Esta conclusión ha sido extraída de una encuesta con alrededor de 6.000 respuestas de personas que señalaron que tenían por lo menos una mascota en un 90 %. Las más comunes eran perros y gatos, seguidos por los pequeños mamíferos y los peces.
Una fuente de apoyo considerable
La mayoría afirmó que sus animales de compañía eran una fuente de apoyo considerable durante el período de encierro que les habían servido para mantener una mejor salud mental y reducir la soledad. Igualmente, casi la totalidad señaló que sus mascotas les habían ayudado a mantenerse en forma y activos.
Igualmente, un 68 % de los propietarios se mostraron preocupados por sus animales durante el encierro, por ejemplo, debido a restricciones de acceso a la atención veterinaria y al ejercicio o porque no sabían quién cuidaría de su mascota si se enfermaba.
Vínculos emocionales
La investigadora principal, la doctora Elena Ratschen, del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad de York, destacó los vínculos potenciales entre la salud mental de las personas y los vínculos emocionales que forman con sus mascotas.
Su compañero, el profesor Daniel Mills, de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad de Lincoln, resaltó que este trabajo es particularmente importante en el momento actual, ya que indica que tener un animal de compañía en su hogar puede amortiguar parte del estrés psicológico asociado.
Como curiosidad, el estudio también mostró que la interacción más popular con animales que no eran mascotas era la observación de aves. Casi el 55 % de las personas encuestadas informó haber observado y alimentado aves en su jardín.